Se trata de un Palacete del s. XIX, catalogado con protección total por la Consejería de Patrimonio.
Se restauraron las tres fachadas, manteniendo todas las cornisas e impostas que recorren perimetralmente el Palacete, aplicando escayola especial para exteriores, con un puente de adherencia para la unión perfecta con los rotos y desperfectos que tenía y en algunos casos, metiendo tacos químicos para la trabazón de los trozos más grandes con los restos originales.
Se restauraron y reprodujeron los almohadillados de cadenetas en esquinas y recercados de huecos, manteniendo en todo momento las características del edificio.