Se trata de la reforma de un gran piso en la planta 17 de una de las torres de la Avenida de Burgos de Madrid, con unas vistas espectaculares a toda la zona norte.
Uno de los objetivos fue la insonorización de las carpinterías exteriores debido a la proximidad de la M-30, lo que arrojaba un permanente bufido de fondo de la gran circulación que discurre por esa calle.
Se colocaron carpinterías con rotura de puente térmico y distintos vidiros laminares con diferentes butilares absorbentes del ruido, consiguiendo rebajar casi de forma imperceptible el ruido tan importante de esta vía.